El yin y el yang del yoga
Dando tiempo a cada postura

El yin yang yoga nos llega del concepto de yin y el yang de la Medicina Tradicional China (MTC). Nos habla del equilibrio de dos energías de distinta intensidad. Todas las cosas, elementos y situaciones de la vida, contienen estas dos energías opuestas y complementarias. Como ya comentamos en el post sobre las polaridades, no hay uno sin otro. Si existe frío, es porque existe calor. Si existe el día es porque existe la noche. De esa manera, según la MTC, el ideal del cuerpo y ser humano es el equilibrio entre ambas y el desequilibrio se produce cuando hay un exceso de yin o yang. Si hay un exceso de yin , es porque hay una deficiencia de yang. Y si hay un exceso de yang, es que hay una deficiencia de yin.
En la MTC, el ying y el yang se manifiestan en los órganos vitales y están directamente relacionados con las emociones. Por ello, si hay una deficiencia de yang en el riñón por ejemplo, hay un desequilibrio en la gestión de la emoción asociada al riñón, que es el miedo. Si es en el pulmón, estará asociada a la tristeza. De esta manera, el yoga nos puede ayudar a equilibrar estas energías opuestas a través del YinYang yoga
Yin yoga y las tensiones
La filosofía yóguica, resume las tres tensiones básicas en tensión emocional, tensión muscular y tensión mental. A través del Yin Yoga, podemos reducir las tensiones, ya que este yoga se centra en las fascias , tejido conjuntivo que se extiende por todo el cuerpo. La fascia provee protección a los músculos y la mayor parte de las estructuras corporales. Está vinculada al sistema nervioso y nuestro cerebro. Tenemos fascia por todo el cuerpo y las tensiones arriba mencionadas, se verán afectadas por la actividad yóguica, ya que ésta transforma la energía.
El yin Yoga, se centra en las fascias y en las posturas sentados, echados o boca abajo. En yin yoga podemos sostener un estiramiento junto con la respiración, de forma relajada y sostenida entre 3 y 5 minutos (cada uno puede decidir si quiere estar más tiempo), para lo cual entraremos junto a la respiración, en un estado meditativo, que conduce a una estimulación de las fascias además de un encuentro con el silencio y nuestro interior. Extensión, respiración, observación, meditación. Si nuestra vida es muy «yang», con mucha actividad y quemando energía de forma habitual, necesitaremos complementar con una práctica yóguica más «yin».
Yang yoga o el yoga para el frío
Yang lo podríamos traducir como «calor», por lo que el yoga yang, sería el que nos proporciona calor. Se trata de yogas más enérgicos y vigorosos como el Ashtanga Vinyasa. Por ejemplo, una rueda de Suryanamaskar (saludo al sol) enérgica y rápida nos hará entrar en calor rápidamente. Si nuestro cuerpo alberga más «yin», nos convendría ese yoga «yang» para alimentar esa carencia. Si hacemos un trabajo muy intelectual, estamos mucho tiempo sentados o necesitamos «entrar en calor», nos convendría esta modalidad.
También hay que tener en cuenta que cuando llegamos a un estado completo de yin, el yang comienza a crecer (se estimula la circulación y se produce calor). Por lo que el yin yoga practicado de forma profunda, se transforma en yang. Además, en 5 minutos en cada asana, ocurren muchas cosas, que nos permitirán practicar el noble arte del «dejar ir», eliminar la tensión y entrar en la meditación. Un pequeño viaje al interior en cada asana.
También podemos usar técnicas de pranayama que nos ayudan a entrar en calor. Yo particularmente las uso más en los meses del frío invierno, para estimular el yang. Agni Pranayama (respiración del fuego) o Kapalabati, son las que mas rápidamente generan calor, de la misma manera que respirar en Uyayi durante la práctica de Asanas.
Natalia Lagares
Terapeuta y Profesora de yoga y meditación
Twitter: @natalia_lagares
natalia@udanayoga.es
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