Mindfulness y la atención plena: qué es y para qué sirve.
La mente es la que piensa y no nosotros

Mindfulness se podría traducir como «atención plena en el momento presente». Aunque también la podríamos definir como «meditación para adquirir momentos de atención plena» ya que la atención plena, no es que sea en sí un objetivo absoluto (no podemos mantener la atención plena en el momento presente todo el rato) sino más bien, aprender a «ir hacia la atención plena en el momento presente» con frecuencia. Cuando nos sentamos a meditar 45 minutos por ejemplo, quizás solo estaremos con la conciencia plena unos minutos, no los 45 minutos que estamos meditando, y esa progresión es mayor cuanto mayor sea la práctica. Cuanto más meditemos, más minutos de conciencia plena obtendremos.
La mente y los pensamientos
Uno de los principios básicos sobre los que gira el Mindfulness, es la aceptación que la mente está para pensar. La mente piensa de forma natural en muchas cosas, por ejemplo piensa en:
- lo que ha pasado
- lo que pasará
- lo que podría pasar
- lo que creemos que ha pasado
- lo que queremos que pase
- lo que no queremos que pase
- lo que podría pasar si…..
- lo que «tengo» que hacer
- cómo me he sentido cuando ha pasado x
- lo que me ha dicho X
- lo que diría a X
- enjuiciarse a si mismo
- enjuiciar a los demás
- culparse
- culpar a otros y
- un largo etcétera
Entonces, estamos comiendo un delicioso pastel, y ¿en qué pienso mientras me lo como?: en lo que engorda, en lo caro que ha salido, en escuchar y responder a la persona que come conmigo, en atender a las noticias en la tele o leer el periódico….y un largo etcétera. Por lo que la acción satisfactoria de comer un delicioso pastel se desdibuja por las acciones de la mente, hasta el punto que podemos hasta olvidar que hemos comido un delicioso pastel, porque no hemos practicado la atención plena en la degustación del pastel. Y lo mismo ocurre con otras actividades de la vida diaria: el paseo diario al trabajo, la compra de los alimentos que me darán salud, el tiempo que le dedico a mi pareja o amigos, el tiempo de lectura, la ducha diaria……y un largo etcétera.
Por lo tanto, estamos «dominados» por los pensamientos y el discurso mental, el cual nos borra literalmente el momento presente. El momento está ahí cada vez, pero el discurso mental lo nubla y hasta elimina. El momento presente existe cada vez, pero no la conciencia plena del mismo. No sabemos que hemos hecho porque no lo hemos hecho. Y aquí es donde viene la primera realidad, de la que debemos ser conscientes: la mente está hecha para pensar.
La mente está hecha para pensar
En resumen, es natural, que la mente haga lo que se supone que tiene que hacer. Y esto es lo primero que tenemos que aceptar cuando comenzamos a practicar mindfulness, ya que no vamos a hacer que la mente deje de pensar, pero sí podemos darnos cuenta que la mente es la que piensa y no nosotros, de forma que no asumimos lo pensamientos como nuestros, sino de nuestra mente. La mente es nuestra, pero los pensamientos no. Lo que nos ocurre cuando comemos un delicioso pastel y no lo vivimos plenamente, es que los pensamientos roban el protagonismo al pastel y nos alejan del momento. Originalmente, la mente es nuestra herramienta de supervivencia, nos alerta del peligro. Y eso es necesario. Si pensamos, «el pastel engorda», la mente nos alerta del peligro de engordar, aunque realmente no engorda el pastel, sino un tipo de vida en la que se comen pasteles habitualmente y se tiene un vida sedentaria. En cualquier caso, si le damos validez al pensamiento de que «los pasteles engordan», podemos escoger no comer el pastel. Pero una vez que escogemos comerlo, ¿por qué dejar que ese pensamiento arruine nuestra experiencia presente?. ¿Por qué hacer caso omiso a ese pensamiento?. ¿Y si no es verdad?.
Qué es Mindfulness exactamente
Mindfulness, es meditación, ya sea sentados, de pié, tumbados o en movimiento. Es meditación cuyos orígenes vienen del budismo (ver artículo sobre meditación budista), sobre todo de las enseñanzas del «satipasana sutra» pero se les ha dado un rigor y estudio científico, adaptado a las necesidades occidentales. Por ejemplo, un estudio rebela que la práctica continuada de Mindfulness, reduce el tamaño de la amígdala en el cerebro (región que regula la reacción al estrés). Lo mismo hace la práctica continuada de la meditación budista claro, pero ningún budista haría un estudio de los beneficios de la meditación. Por ello, podríamos decir que Mindfulness es un trabajo de meditación budista para occidentales, teniendo en cuenta las necesidades de los occidentales y su forma de razonar y pensar. Y ahí está su gran cualidad, que da respuestas a problemas a nuestro día a día de forma clara y adaptada a las necesidades occidentales.
Para qué sirve Mindfulness
La práctica continuada de mindfulness (a diario preferiblemente) contribuye a discernir entre pensamientos, emociones y sensaciones, lo que da mucha mas claridad mental, no dejando a los pensamientos que nublen nuestro presente. Nos permite disfrutar cada instante y vivir con conciencia plena, manteniendo a los pensamientos como entes que no tienen validez real y poniéndolos en un segundo plano, dejando éstos por tanto de ejercer su dominio. Por otro lado, nos ayuda a aceptar las cosas como son, sin intentar cambiarlas. De esa forma, aprendemos a aceptarnos a nosotros mismos y a los demás, eliminando los juicios.
Por todo ello, Mindfulness reduce el estrés y las enfermedades derivadas de éste. Contribuye además a mejorar la relación con uno mismo y con los demás, ya que mejora la comunicación con uno mismo y con los otros.
Natalia Lagares
Terapeuta y profesora de Yoga y meditación
Twitter: @natalia_lagares
natalia@udanayoga.es
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