Los obstáculos en la práctica del yoga
¿Qué me está pasando ahora mismo?

Normalmente se comienza a practicar yoga una o dos veces por semana con un profesor, en clases de grupo. Con el paso del tiempo y sintiendo los beneficios del yoga en nuestro cuerpo y mente, la práctica puede transformarse en una disciplina diaria, lo que llamamos sadhana. A través de esta práctica constante, aseguramos la continuidad de los beneficios. Cuando hemos decidido que queremos que el yoga forme parte de nuestra vida, ya sea a través de clases guiadas, o a través de la práctica individual, pueden surgir obstáculos en la práctica (y seguramente surgirán). Son las piedras en el camino. El practicante de yoga siempre está tropezando con ellas, de una forma u otra. Es por tanto importante saber qué está ocurriendo. Patanjali los estudió y los expuso en sus Yoga Sutras y son los siguientes (no ocurren en este orden ni tienen que ocurrir todos):
Cuando nos efermamos (vyadhi)
Tengo gripe, me he lesionado, me duele la cabeza. Los problemas físicos nos sacan rápidamente de la práctica, ya que nuestra mente nos dice que debemos esperar a estar bien para continuar con la práctica.
El letargo en la práctica (styana)
Por letargo entendemos un sometimiento a estados de ánimo. Nos encontramos sin fuerza para la práctica. Estas son las causas mas habituales:
- La alimentación juega un papel importante en la práctica yóguica. Normalmente, esta se regula casi de forma natural, ya que la propia práctica anima a una alimentación justa sin excesos, ligera, de fácil digestión, que permita tener un cuerpo ligero y de fácil movimiento.
- El frío también juega en contra del practicante de yoga, ya que lo que le conviene a nuestros músculos es el calor. Por eso es importante calentar con ejercicios como el suryanamaskar (saludo al sol) que nos permitan luego estirar bien, sin riesgos de lesiones. La temperatura del suelo es también importante, ya que un suelo frío restará calor al cuerpo con casi toda seguridad.
- El discurso mental acelerado, es otro obstáculo para la práctica. Si tenemos un problema que nos ocupa mentalmente sería quizás necesario ejercitar primero la relajación, a través de la respiración y una asana de descanso, como savasana (echados boca arriba con brazos y piernas semiabiertas). De esa forma bajaremos el discurso mental. Así, podemos conseguir tener momentos de no-pensamiento durante la práctica de hatha yoga, ya que es ahí donde conectaremos con nosotros mismos.
¿Y si dudo de mí y de mi práctica? (samsaya)
Cuando estamos a gusto con una práctica yóguica, que nos aporta beneficios, la tendencia es a repetirla. Es más, repetir una asana o una serie de asanas es positivo, para avanzar y profundizar en ella. Cada vez que la realizamos, la asana es distinta que la vez anterior. O así podría ser. Pero cuando introducimos automatismos, salimos de la respiración y de la conexión con nuestro interior. Y es ahí cuando nos encontramos con la misma asana que el día anterior. Y comenzamos a dudar de la práctica. Quizás creo que el yoga ya no es lo que era, me he cansado de repetir lo mismo siempre. O me he cansado del profesor…..o de mi misma. Me cuesta mucho sacar la esterilla y, una vez más, repetir la serie de asanas.
Y ahí pueden surgir preguntas como:
- ¿vale la pena seguir?
- ¿realmente sirvo para esto?
- ¿necesito otro profesor?
- ¿es suficiente lo que sé?
- ¿y si cambio?
Es interesante observar, qué sensaciones producen estas preguntas, ya que podrían tener su origen en situaciones que no tienen que ver con la práctica. ¿Qué factor externo está influyendo en esas preguntas? ¿A lo mejor puedo cambiar yo mi forma de hacer las cosas, para así ver qué está pasando? ¿Hay alguna situación externa que me haga pensar de esta manera?. Simplemente observar, ¿qué me está pasando?. Y ver que ocurre. Sostener y observar. Los obstáculos son naturales en la práctica. No pasa nada.
Si cambiamos la forma en que vemos las cosas, las cosas que vemos cambian
Si mantenemos la atención a la respiración y a los micromovimientos dentro de la postura/asana, ésta será diferente cada vez. Porque cada momento es distinto al anterior si lo vivimos plenamente. De esta manera, no sentiremos el aburrimiento, la repetición. También podemos hablar con nuestro profesor/a. La comunicación con nuestro profesor/a puede ser muy importante en estos momentos.
La prisa en yoga (pramada)
Nos afanamos a estancar nuestra práctica, debido a que no nos hemos tomado el tiempo suficiente para analizar y reflexionar sobre lo que estamos haciendo. Vamos tan rápido que resbalamos y caemos, impidiendo seguir adelante. El yoga es una práctica que implica la relación con uno mismo. Es decir, cada momento de la práctica es una conexión con lo que somos. Hacer yoga sin prestar atención a lo que ocurre, con el afán de llegar a algún sitio, nos estanca en la práctica. Podemos preguntarnos:
- ¿dónde quiero llegar?
- ¿quiero llegar adonde llegan los demás?
- ¿quiero llegar a tocar los pies o a colocar las manos como las coloca el profesor?
- ¿quiero ser capaz de controlar algo?
- ¿qué quiero para mí?
- ¿realmente estoy observando qué esta ocurriendo?
- ¿qué está pasando?
Si durante la práctica estamos pendientes del reloj, de si avanzo o no, de si lo estaré haciendo bien y este tipo de discursos mentales, nos estancaremos. Lo importante es estar donde estoy, haciendo lo que estoy haciendo y observando qué ocurre. No tengo que llegar a ningún lado, solo tengo que observar y ser consciente de lo que está ocurriendo.
En los 8 pasos del yoga (ashtanga), sistematizados por Patanjali en los Yoga Sutras, el primero es precisamente este: tomar conciencia de lo que está ocurriendo. Pero no solo en la práctica de hatha yoga, sino también en la vida diaria.
¿Qué me está pasando ahora?
Resignación o agotamiento (alasya)
Falta de energía y entusiasmo, agotamiento físico y mental. «A lo mejor no soy la persona adecuada para esto». En estos casos, es necesario recuperar la energía perdida. A veces la vida nos quita la energía vital, los acontecimientos externos nos roban el protagonismo. Re-conectar a través del descanso, la relajación, los baños en aguas naturales, el masaje con aceites esenciales, nos pueden ayudar a recobrar la energía que nos falta.
Mis sentidos me distraen (avirati)
Los sentidos ganan sin darnos cuenta, pasando a ser amos y nuestra mente su sirviente. Nos solemos dar cuenta cuando ya estamos dentro. Es normal ya que estamos acostumbrados a eso, hemos aprendido a seguir nuestros 5 sentidos. Para contrarrestar este obstáculo, lo primero es tomar conciencia de lo que está ocurriendo. Y partir de ahí, tomar el mando de la situación y recuperar la práctica. Unos minutos de meditación antes de practicar , pueden ayudarnos a tomar conciencia de donde estamos, y abordar la práctica desde otro lugar.
Ignorancia /arrogancia (bhrantidarsana)
Es el más peligroso de los obstáculos. Creemos que hemos alcanzado la verdad, el cenit de nuestro aprendizaje. Cuando en realidad lo que me pasa es que estoy en un periodo de calma que me dice»estoy en el camino correcto». Cuando aparece este obstáculo creo que lo se todo. Pero es una ilusión. Es importante mantener la «mente de principiante» ya que cada momento es distinto del anterior y es por tanto único. Lo que ocurrirá hoy será distinto que lo que ocurrió ayer.
Cuando perdemos la ilusión (alabhabhumikatva)
Suele ocurrir, que creemos que estamos avanzando cuando de repente, nos damos cuenta que nos falta mucho por hacer. Nos desilusionamos, tenemos cambios de humor. No nos interesa intentarlo otra vez, cambiar la forma de hacer las cosas. No queremos dar mas pasos. Incluso pensamos : «esto no es para mi, pensaba que si pero ahora me doy cuenta que no».
Pérdida de confianza (anavasthitvani)
Enfrentamos la verdad cara a cara, todo es demasiado sencillo para verse a si mismo mas pequeño y menos importante de lo que en realidad es. Quizás hemos estado en un punto que nunca hemos logrado antes y hemos vuelto a caer, perdiendo lo que habíamos ganado. Perdemos la confianza en nosotros y en el yoga.
En ninguna etapa del camino del yoga debemos pensar que somos expertos. Lo que si es mas adecuado es pensar que el sentimiento de ser un poco mejor hoy de lo que fuimos ayer, es tan fuerte como la esperanza de que podamos ser un poco mejor mañana.
Cuando nos enfrentamos a estos obstáculos, podemos confiar en nuestro maestro o profesor, para que nos indique cómo proceder. El pranayama es una gran aliado, sobre todo si nos concentramos en la exhalación, que sea larga y tranquila. La meditación en una figura o frase, nos puede también ayudar. O simplemente podemos preguntarnos, ¿qué me está pasando?. Y esperar respuestas.
Natalia Lagares
Terapeuta y profesora de Yoga y meditación
Twitter: @natalia_lagares
natalia@udanayoga.es
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