El yoga, la menstruación y el ciclo menstrual

Qué tipo de yoga practicar en cada etapa del ciclo

Yoga terapéutico madrid

El yoga y la menstruación, así como las etapas del ciclo menstrual, difieren de una mujer a otra.  Cada una decide cuánto yoga y qué tipo de yoga debe practicar (o sino quiere practicar ninguno). Es muy importante recordar que cada mujer es única y su ciclo menstrual también.  No obstante, me gustaría contaros qué dice la MTC (Medicina Tradicional China) sobre el ciclo menstrual y cómo relacionarlo con los distintos tipos de yoga. A mi me ayuda a entender un poquito mejor qué pasa dentro de mí a nivel energético, y qué es lo que me podría ir bien para compensar las carencias yin/yang que se producen. Te aconsejo leer de forma complementaria esta otra entrada sobre el yin y el yang del yoga.

El ciclo menstrual

El ciclo menstrual dura unos 28 días, dependiendo de cada mujer, puede durar menos de 28 días o más. Tomemos el caso de los 28 días como ejemplo. Durante ese periodo, la ovulación se produce entre los días 12 y 16, que son los días en que el óvulo puede ser fertilizado (periodo fértil). Después del día 16, comienza la caída del óvulo hasta que se produce de nuevo a menstruación. La medicina occidental por tanto, divide el ciclo en dos periodos, el primero hasta la ovulación y el segundo desde la ovulación (fase folicular y fase lútea). La MTC sin embargo divide el ciclo de 28 días en cuatro fases, de periodos de 7 días: la menstruación, la preovulación, postovulación y pre-menstruación.

El yoga y la menstruación. Días 1-7 (yang-yin)

En este periodo se produce la menstruación, el sangrado, que durará aproximadamente 7 días en total. Es cuando se expulsa el óvulo (o óvulos). Este periodo es yang -yin, ya que venimos de una fase yang (yoga más enérgico) y pasamos a una fase yin (más suave). En esta fase podemos asistir a nuestro cuerpo con movimiento, energía, para soltar mediante el sangrado, ya que si mantenemos una exclusivamente más pasiva (yin) contribuimos a mantener, no a expulsar.  La idea es un yang-yin yoga, con movimientos yang que ayuden a expulsar acompañados de yin, movimientos más suaves, que toquen meridianos y los desbloqueen. En esta fase, las asanas invertidas (con las caderas sobre la cabeza) no son recomendables ya que invierten el sentido de bajada del flujo menstrual, cuando lo que queremos es justo lo contrario, contribuir a la eliminación del flujo.  Una sesión de yoga en esta fase, incluiría:

  • Movimiento de caderas y espina dorsal
  • Posturas sentadas
  • Mucho estiramientos de pierna
  • Saludo al sol y posturas enérgicas hacia el final de la sesión (para dar el toque yang)
  • Cuando sea necesario, parar y descansar

Aunque hay tantas fórmulas como mujeres, a mi me gusta comenzar la sesión de forma más yin, de forma que el cuerpo se tonifica, y terminar más yang, con 2-3 vueltas del saludo al sol. Esto puede cambiar (y debe) con las estaciones. No es lo mismo una sesión de yoga en invierno que en verano, ya que en verano, la aportación de yang (calor) será menos necesaria.

El Yoga pasada la menstruación. Días 7-14 (yin-yin)

En esta fase, ya se ha eliminado todo el flujo menstrual. Aquí lo ideal es una práctica yin-yin, ya que el cuerpo ha perdido sangre, que es energía, y debe restaurar esa energía. Yin yoga o yoga restaurativo, son prácticas indicadas en esta fase. Un yin yoga  más suave e intenso. Hacia el día 12 comenzará la ovulación, por lo que a partir de este dia convendría empezar a hacer un yoga más yang, enérgico, que ayude a la fase de ovulación. Para esto se requiere más energía, y eso lo proporciona una práctica yang.

El Yoga tras la ovulación. Días 14-21 (yin-yang)

En esta fase nos conviene una práctica más yin al comienzo (venidos de una fase yin-yin) para ir cambiando hacia una fase más yang y enérgica. Ashtanga yoga, cualquier tipo de vinyasas o yoga dinámico o un hatha yoga intenso, contribuirían a aportar esa energía yang.

El Yoga antes de la menstruación. Días 21-28 (yang-yang)

Esta es la fases yang-yang. La ovulación ha pasado, y ahora necesitamos más energía de nuevo, para contribuir a la expulsión del óvulo. Ashtanga yoga, cualquier tipo de vinyasas o yoga dinámico o un hatha yoga intenso, contribuirían a aportar esa energía yang. Hasta que comience la menstruación. Y ahí comienza de nuevo el ciclo.

Tomar consciencia de lo que está pasando en nuestro cuerpo a nivel energético, nos puede ayudar a aportar lo que necesitamos en cada momento. Nuestro cuerpo está en constante cambio y nuestras necesidades también.

 

Natalia Lagares
Terapeuta y profesora de yoga y meditación
Twitter: @natalia_lagares
natalia@udanayoga.es

 

 

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